Verdades con espinas

Por decir frases exclusivas a personas indevidas, aprendemos a limitarnos a sentir aquello que jamás prometieron dedicarnos. Mas exiges tiempo a quien carece de dedicación, y aprecio a seres que carecen de sentido. Aun undida ofreciéndose a levantar del suelo a quien pisa mi cara contra el lodo, y aun pretendiendo levantarme ilesa, el recuerdo de algo que inexplicablemente fue deborado por un deseo de superar aquello que nunca estubo a mi altura, resulta tan absurdo como seguir fingiendo que también un   ser como tú puede ponerse al lado de aquellos que fingen pero no demuestran. Porque acostumbrabas a decir que estabas, y pretendía creerme que era cierto que siendo cualquiera que lo diga, realmente estabas a mi lado, y puede ser que lo estubieras, hasta que me dí cuenta de que no me abandonaste en las malas, ni en las buenas, porque verdaderamente, no habías estado.